Vinicius de Moraes. Poeta, compositor e intérprete de canciones. Nació el 19 de octubre de 1913 en Río de Janeiro, Brasil. También murió allí, el 9 de julio de 1980. Es figura capital de la música popular brasileña contemporánea. Creador del estilo bossa nova. Su primer y más famoso libro de poesía fue “Caminho para a distancia”. Fue diplomático en Brasil.

Tengo amigos que no saben cuánto son mis amigos. No perciben el amor que les profeso y la absoluta necesidad que tengo de ellos.

La amistad es un sentimiento más noble que el amor; permite que el objeto
de ella se divida en otros afectos, mientras que el amor tiene intrínseco los celos,
que no admiten la rivalidad.

Y yo podría soportar, sin embargo no sin dolor, que hubiesen muerto todos mis
amores, pero enloquecería si muriesen todos mis amigos! Hasta aquellos que no perciben cuándo son mis amigos y cuánto mi vida depende de sus existencias…

A algunos de ellos no los frecuento, me basta saber que existen. Esta mera condición me llena de coraje para seguir frente a la vida. Mas, porque no los frecuento con asiduidad, no les puedo decir cuánto gusto de ellos. Ellos no lo creerán.

Muchos de ellos están leyendo esta crónica y no saben que están incluidos en la sagrada relación de mis amigos. Pero es delicioso que yo sepa y sienta que los adoro, aunque no se los diga y no los frecuente.

Y las veces que los frecuento, noto que ellos no tienen noción de cómo me son necesarios, de cómo son indispensables a mi equilibrio vital, porque ellos forman parte del mundo que yo trémulamente construí, y se tornaron en fundadores de mi encanto por la vida.

Si uno de ellos muriera, yo quedaría torcido para un lado. Si todos ellos murieran, yo me desmoronaría. Es por eso que, sin que ellos sepan, yo rezo por su vida. Y me avergüenzo, porque esa súplica está, en síntesis, dirigida a mi bienestar. Ella es, tal vez, fruto de mi egoísmo.

A veces, me sumerjo en pensamientos sobre alguno de ellos. Cuando viajo y estoy delante de lugares maravillosos, me cae alguna lágrima porque no están junto a mí, compartiendo aquel placer… Si alguna cosa me consume y me envejece es que la rueda furiosa de la vida no me permite tener siempre a mi lado, habitando conmigo, andando conmigo, hablando conmigo, viviendo conmigo, a todos mis amigos, y principalmente a los que sólo desconfían o tal vez nunca van a saber que son mis amigos!

La gente no hace amigos, ¡los reconoce!

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