La persona creativa es un ser que tiene fe, que posee la capacidad de creer, de sentir pasión por la vida y por lo que hace. Es perseverante, y frente a las frustraciones encuentra el camino para seguir adelante; busca el sentido de las cosas, el por qué, y qué aprendizaje le deja, ya sea en lo positivo o en lo negativo.
Cree en la vida y en la trascendencia. Se preocupa y ocupa de su ser y del de los demás; tiene un sentido de vida.

Es un ser que aprovecha su potencial y su energía para vivir y crear; toma conciencia del tiempo, del aquí y el ahora en lo finito que es él
y en el compromiso que tiene consigo mismo y con los demás.

Las características de los adultos creativos son las siguientes:

Flexibles: Van más allá de lo obvio, diferente e inusual.

Fluidos: Generan muchas ideas en torno de un problema.

Elaboran: Expanden el trabajo con grandes detalles, ideas y     soluciones.

Tolerantes a la Ambigüedad: Toleran conflictos sin tensión soportan.

Originales: Van más allá de las ideas comunes.

Capacidad de ver el todo: Tienen una amplia gama de opciones.

Sensitivos: Están conscientes de sus intereses y de los de otros.

Curiosos: Tienen la capacidad de jugar, el deseo de conocer más y están abiertos a nuevas ideas y experiencias.

Independientes: Piensan por sí mismos, toman decisiones.

Reflexionan: Consideran y evalúan sus ideas y las de otros.

Orientan su Acción: Traducen sus ideas en acciones.

Se concentran: Trabajan consistentemente y con profunda concentración.

Persistentes: Actúan con determinación y no se dan por vencidos fácilmente.

Comprometidos: Se preocupan y se involucran profundamente.

Expresan una personalidad: Expresan la dualidad de la naturaleza (masculino personalidad y femenino, integral intelectual y emocional,  etc.)

Sentido del humor: Usan el humor para mantener el equilibrio en la vida.

Son características comunes de las personas creativas la capacidad de afrontar y manejar la hostilidad y de asumir riesgos intelectuales, así como la perseverancia, la curiosidad y lo inquisitivo, que equivalen a estar abierto a nuevas experiencias.
Son disciplinadas y comprometidas, tienen una motivación intrínseca elevada, están centradas en su tarea, tienen una cierta libertad de espíritu que no acepta los límites impuestos por otros, un alto grado de auto-organización, necesidad de competencia y retos; son reflexivas y se preocupan. Se dice que tienden a ejercer influencia en la gente que les rodea.

Al investigar la actitud creativa, Maslow observa que este tipo de personas tienden, en la fase de inspiración, a “perder” su pasado y su futuro y vivir sólo el momento. Están ahí completas, inmersas, absortas y fascinadas en el presente, con lo que ocurre en el aquí y ahora. Esta habilidad de “perderse en el presente” es un signo de cualquier proceso de creatividad. Tiene que ver con la habilidad del convertirse en un ser atemporal, autónomo, fuera de espacio, de la sociedad, de la historia. Es como entrar en una experiencia mística.

Maslow señala que los conceptos de creatividad, salud y autorrealización, podrían significar en esencia lo mismo. Afirma que la actitud creativa y la habilidad de tener experiencias cumbres dependen de la capacidad de sentirse libre de otras personas; libre, especialmente, de aplicaciones neuróticas y de ataduras históricas de la infancia. Pero también libre de obligaciones, deberes y temores. Esto significa que, al sentirnos libres de otras personas, nos convertimos más en nosotros mismos, asumimos nuestro ser real, nuestro auténtico ser, nuestra identidad verdadera.

Gilda Waisburd. Creatividad y transformaciones.