HASTA MUDRA (gesto con las manos)

Por Neelan Olalla

LAS MANOS

Son los órganos de prensión y de sensibilidad. En ellas reside el sentido del tacto en su forma más desarrollada. Constituyen las extremidades de los miembros superiores en el ser humano. La capacidad mecánica, la destreza, la habilidad creadora se expresan a través de las manos. Con ellas el ser humano actúa y siente, expresando conocimientos y sentimientos. Puede decirse que son el campo de expresión del pensamiento y también del alma.

Hay poder y fuerza expresiva en las manos; son sumamente versátiles. Sus movimientos generan reacciones electromagnéticas con diferente calidad y potencial según el estado o la situación en el que nos encontremos. Con ellas podemos proteger, acariciar, sanar, orar, demandar, destruir, rechazar, dar, recibir…etc. Son el símbolo de la transformación y evolución humana. Practicar los Hasta Mudra implica desarrollar todo un potencial físico, psíquico y espiritual.

Los dedos están conectados, por medio de los nervios, con diferentes áreas del cerebro, así como con órganos, glándulas endocrinas y centros de energía. En los dedos se condensa nuestra vida física, energética, psíquica y espiritual. Cuando hacemos un mudra estamos movilizando la energía, creando corrientes vibratorias que despiertan niveles de conciencia elevados. Miles de células nerviosas, encuentran su terminación cortical en las manos. Su origen esta en los surcos centrales del cerebro, justo al lado de la fisura de Rolando. Practicar los Hasta Mudra implica desarrollar todo un potencial físico, psíquico y espiritual. La historia del cada ser humano está grabada en sus manos.

CLASES DE HASTA MUDRA:

Pueden dividirse en dos categorías:

Hasta Samyukta, mudra: realizados empleando las dos manos.
Hasta Asamyukta, mudra: realizados con una sola mano.

Para realizar un mudra las manos deben estar relajadas, la posición del cuerpo puede ser, tumbado, sentado, de pie o caminando, siempre lo más relajado posible, ya que cualquier tensión impide el flujo interior de la energía, y lo que se pretende es que fluya algo nuevo dentro de nuestro Ser. La posición recomendada es la sentada en Siddasana, Ardha Siddasana o loto.

La atención la situamos en el mudra y en actitud meditativa, o recogimiento interior necesario para asimilar correctamente los beneficios que nos proporciona el mudra realizado. La ayuda de la respiración nos conduce hacia el interior y refuerza el efecto del mudra. Se recomienda hacer expulsiones a fondo para vaciar bien los pulmones y vaciarnos de todo aquello que nos puede perturbar, vaciarnos para que la nueva energía pueda instalarse en nosotros y nos ayude a regenerarnos interiormente o simplemente a que nuestro cuerpo físico este mejor. Sabemos que las conexiones neuronales de las manos ocupan en el cerebro una parte más grande que los brazos y que al practicar de forma consciente un gesto con las manos estamos activando grandes partes de nuestro cerebro.

Asi el efecto de los mudras lo podemos sentir a distintos niveles. En el plano energético tenemos desde más denso, cuerpo físico, al más sutil, nuestra alma o atman. Actúan sobre nuestros chakras ayudando a equilibrarlos. En las manos tenemos multitud de puntos reflejos; determinados meridianos acaban o empiezan en las manos.

Cuando a los mudras les aplicamos la repetición de un mantra o una oración, la acción se intensifica, y nos ayuda a estar en estado de meditación para poder afrontar mejor nuestros problemas modificando nuestra actitud desde el interior y reforzando nuestra visión clara sobre las d a adoptar.

MUDRAS PARA ESTIMULAR Y REGENERAR.

Mudra de la vida


Unir el pulgar con el anular y el meñique; índice y medio extendidos, colocarlo en las dos manos.

Este mudra estimula muladhara chakra, depósito de nuestra fuerza primigenia. Aumenta nuestra energía en general, reduce el nerviosismo y el cansancio, nos ayuda a tener una visión clara no solo física sino también mental y nos aporta la sensación de serenidad y afianzamiento. Podemos repetirnos el vija mantran LAM.

Garuda mudra


Comenzamos colocando la mano derecha sobre la izquierda cruzando los dedos pulgares los otros dedos estirados y las situamos sobre el vientre haremos 10 respiraciones, las subimos hacia el estomago y repetimos 10 respiraciones, finalmente colocamos la mano izquierda sobre la derecha entrecruzados los dedos pulgares, en la zona del esternón y nos quedamos unos 5 minutos.

Este mudra revitaliza los órganos, activa la circulación sanguínea y equilibra el lado izquierdo y el lado derecho. Podemos repetir el mantra YAM.

MUDRAS PARA SUPERAR EL PASADO

Shunya mudra (mudra del cielo)


Doblar el dedo medio y presionar con el dedo pulgar, colocarlo en las dos manos, los otros dedos extendidos. Realizarlo durante 15 minutos, de una a tres veces al día.

Al dedo medio se le asigna el cielo (éter). Este mudra nos ayuda a perdonar, a rectificar viejos errores, a limpiarnos de lastres antiguos. También nos alivia del dolor de oídos o de problemas auditivos. Podemos repetir: “reconozco la bondad del universo”.

Mudra de desintoxicación

Colocar el pulgar en la pared interior de la tercera falange del dedo anular, los otros dedos extendidos, en las dos manos.

Este mudra refuerza la limpieza del organismo cuando hacemos una cura de desintoxicación o limpieza. Nos ayuda a soltar a nivel mental y emocional viejos rencores, malos recuerdos, miedos, etc. Dejando espacio para las cosas nuevas y beneficiosa. Podemos repetir el mantra: Om namo narayanaya.

MUDRAS PARA MEJORAR LAS RELACIONES

Ganesha Mudra

Colocar la mano izquierda delante del pecho con la palma hacia delante y los dedos de la mano derecha enganchan los dedos de la mano izquierda . Al expulsar el aire tirar de las manos en sentido opuesto sin soltarlas, hacer 6 respiraciones. Cambiar la posición de las manos y repetir 6 respiraciones.

Este mudra estimula la actividad cardiaca, distiende los bronquios y libera tensiones en esa zona de cualquier tipo. Equilibra el cuarto chakra y otorga valor, confianza y una actitud abierta frente a las demás personas.

Podemos visualizar el color rojo y repetirnos: “me acerco a los demás con decisión franqueza y confianza”.

Mudra del loto

Se juntan las manos por la parte inferior y las yemas de los dedos juntas, separamos los dedos excepto los meñiques y pulgares. Hacer 4 respiraciones profundas y volver a cerrarlos, mantener unos minutos y volver abrir, repetirlo varias veces.

Este mudra corresponde al chakra del corazón donde reside todo nuestro amor. A través de él nos relacionamos con todas las personas que nos rodean. Este mudra nos ayuda cuando nos sentimos incomprendidos, solos y recibimos la fuerza que necesitamos, y mucho más.

Repetir: “me abro a lo bueno que habita en todo ser humano, y me abro a lo divino para ser obsequiado con abundancia”.

MUDRAS PARA RELACIONARSE CON LO DIVINO

Jñana Mudra y Chin Mudra

Dedos indice y pulgar juntos , tocándose las puntas de los dedos, o también el dedo índice ejerce un poco de presión sobre la primera falange del pulgar, los otros tres dedos permanecen extendidos. Si colocamos las manos hacia arriba se llama Jñana, y hacia abajo Chin mudra.

Estos gestos simbolizan la unión del alma individual con el alma divina universal.

A nivel físico mejora los estados de tensión y de desorden, estimula la memoria y la concentración. Si se practica antes o después de otro mudra intensifica su acción. Podemos repetirnos el mantra OM, o SOHAM.

Mudra de la oración

Las palmas de las manos juntas con una pequeña cavidad entre las palmas colocadas delante del corazón. El gesto de unir las manos ante el pecho refuerza el recogimiento interior, proporciona armonía y calma. Sosiega nuestros pensamientos y así nos da discernimiento y podemos entrar en estado de meditación. Repetir : “lleno de agradecimiento, quiero recibir todo lo bueno que me está reservado”.

Dhyani mudra (mudra de meditación)

La mano derecha encima de la mano izquierda los pulgares se tocan y las manos reposan sobre el regazo. Las manos formando un cuenco simbolizan el propio interior libre y vacío para poder recibir cuanto sea necesario en el camino espiritual, sin desear nada en concreto. Repetir: “hágase tu voluntad”.