Por Neelam Olalla

Etimológicamente mudra significa: sello, gesto, marca, acción y efecto de sellar. Su raíz: mud (gozo, alegría) y ra (dar, producir): “sello que produce gozo”. Este sello garantiza la eficacia de un ritual, su autenticidad; los mudra fijan y sellan la fuerza de sus efectos.

Según el Hatha yoga pradipika, mudra significa: “sello, “impresión”, “carácter” o “marca impuesta para autentificar o sellar”. En la India los mudra ocupan un papel fundamental en las artes, la danza, los cultos y en la práctica del yoga. Actúan como canales energéticos cuyo flujo tiende a unir la fuerza individual con la fuerza universal. Se aplican a las marcas de atributos divinos impresos en el cuerpo de los adeptos, y tienen un significado oculto, un poder mágico, sobrenatural.

En las prácticas de yoga los mudra son posiciones que “sellan”, es decir, que encierran de modo inviolable la energía fijándola en el interior. Permiten desarrollar la percepción de las corrientes de energía vital (prana), controlando conscientemente esas fuerzas.

Existen varios tipos de mudra: Aquellos que se realizan con las manos, los que implican otras partes del cuerpo (ojos, lengua, etc.)… En cualquier caso son posturas que, en la práctica, debe adoptar el cuerpo. Son siempre gestos o posiciones simbólicas que evocan una determinada actitud; expresiones corporales que tienen resonancia psíquica con objeto de crear introversión y centrar la energía sutil. Controlan procesos involuntarios que normalmente funcionan fuera del campo de nuestro consciente.

Los mudra son una extensión integral de algunas técnicas yóguicas (asana y pranayama) de relevante importancia para el “despertar” de la energía kundalini. Esa enseñanza que nos llega hoy con su brillo original, había estado reservada solamente para algunos adeptos, de ahí que debamos preservarla.

Los poderes sobrenaturales de los mudra (vibhuti) se describen en los Yoga-Sutra de Patanjali (Vibhuti Pada) Constituyen una escritura, un lenguaje sin palabras. Son símbolos de autoridad, creadores de fuerza y de eficacia. Por su propia naturaleza son considerados atributos del dios (fuerzas psíquicas personalizadas) del sacerdote o del mago. Su práctica se acompaña, muchas veces, con la repetición de los mantra y la visualización de los yantra creando una resonancia vibratoria que aproxima la conciencia individual a la Conciencia Universal. En algunos rituales secretos se emplean para influir en las fuerzas del Universo.

Los mudra confirman la relación y la unión del ser humano con la divinidad. Expresan un acto solemne de unión con lo divino. A lo largo de la historia de la humanidad se han utilizado y se utilizan, como base de comunicación, para sanar el cuerpo y la mente, para expresar sentimientos etc. Permiten abrir las puertas del inconsciente.

Sabemos que “allí donde va el pensamiento va la energía”; el “prana” obedece al pensamiento. Cuando aplicamos un mudra nos hacemos sensibles a la sensación de la presión física producida. Obtenemos así un punto de concentración facilitado por la sensación de la presión del gesto físico. La energía es atraída por la fuerza del flujo de pensamiento y llega a ese punto de presión. El mudra fija la energía en ese punto para enviarla después a una zona determinada, a un canal o a un chakra concreto.

Los mudra, solos o combinados con otras técnicas, van a permitir canalizar el flujo de las corrientes energéticas, que tienden a salir del cuerpo, de manera que pueda volver a centrarse la energía, permitiendo crear fluidez, equilibrio y armonía, logrando llevar un mayor caudal de energía a zonas determinadas. Son una clave que generalmente, proporciona el acceso a una información que permanece oculta. Realizar un mudra es más, mucho más, que hacer un “gesto”; es la vivencia profunda concentrada sentida y vivida de lo que representa.

En la práctica de yoga el propósito de los mudra es canalizar los flujos de energía, creados por los asana y el pranayama, hacia los centros psíquicos (chakras) colaborando en el despertar de la energía espiritual (kundalini), creando comunicación entre los diferentes cuerpos (Koshas) a través de la red de canales energéticos (nadis) e influenciando los centros de energía (chakras). Constituyen el paso previo a la meditación.

En el hatha yoga se conocen 25 mudras que se realizan con todo el cuerpo incluyendo asanas, cierres o bhandas, mudras con los ojos y con las manos. Los más conocidos son Maha Mudra (gesto perfecto),Viparita Karani Mudra (acción invertida), Shambhavi Mudra (mirada al entrecejo), Nasikagra Dristi (mirada a la punta de la nariz), Kechari Mudra (cierre de la lengua).

Los mudras más conocidos y numerosos son los realizados con las manos.
(El siguiente artículo se centrará en hasta mudra, gesto con las manos)