Por Sebastián Alberoni

No es ninguna novedad decir que hay una inundación de información y demasiada incertidumbre sobre el origen de la actual pandemia y todo lo que está ocurriendo a raíz de ella: contagios, muertes, cuarentenas, confinamientos, hambrunas, economías que se derrumban como nunca hemos visto antes, etc. Un panorama ciertamente preocupante.

He visto, oído y leído teorías conspirativas para todos los gustos. Prefiero no hablar de “conspiranoia” ya que es un término despectivo, sarcástico, que ubica todas las posibilidades en una misma bolsa, lo cual no me parece justo. Pero me parece que esta época y estos sucesos más que nunca nos invitan a buscar y encontrar un sano equilibrio.

Antes de seguir con la idea principal de este escrito, compartiré brevemente las teorías o posibilidades que he escuchado hasta ahora, y posiblemente me falten algunas:

1) La “versión oficial”
La hipótesis de que esta pandemia se originó en un mercado de Wuhan, China, en donde se vendían animales vivos entre otras cosas, posiblemente a partir de un contagio a un ser humano desde un pangolín que previamente habría sido infectado por un murciélago. Esta posibilidad, si bien es la que comunicó oficialmente el gobierno Chino y es la que en un principio había sonado más fuerte desde los medios masivos de información, no deja de ser una hipótesis que personalmente no podría negar ni afirmar por completo.

2) La posibilidad de que el virus se escapara del laboratorio de Wuhan
Me parece sumamente sospechoso que este virus pudiera haberse originado en una ciudad en donde coincidentemente hay un laboratorio de biotecnología que se sabe oficialmente que estaba trabajando “con distintos tipos de coronavirus provenientes de murciélagos”. Por supuesto el Gobierno Chino y dicho laboratorio niegan rotundamente que el virus haya podido salir de allí, diciendo que ellos trabajaban con “otros tipos de coronavirus provenientes de murciélagos” y no con el SARS-Cov-2 que es el causante de la enfermedad COVID-19 que derivó en la actual pandemia. También se sabe que el Gobierno Chino ha mentido con otras cosas, con una fuerte censura de información, intentando desde un principio tapar este brote.

3) La posibilidad de que el virus fuera soltado deliberadamente desde el laboratorio de Wuhan
Sería similar a la anterior, pero con la diferencia de que habría sido soltado a propósito. A mí me parece poco probable, o mejor dicho no quiero creer en que semejante acción sea posible, pero quienes defienden esta hipótesis alegan con cierto sentido común que no hay que olvidar que China ya estaba en guerra con USA a nivel comercial. Muchos hablan de que esta es la 3era guerra mundial pero con biotecnología y, por ahora, sin armas. Personalmente prefiero pensar que estamos en un mundo mejor que ese, pero aunque no me guste, no puedo descartar esta posibilidad. Sabemos que ya hubo muchos actos atroces en la historia de la humanidad.

4) La posibilidad de que el virus fuera genéticamente alterado o creado a partir de otros coronavirus en dicho laboratorio, y se le liberara accidentalmente o intencionalmente. Sería una combinación de las hipótesis anteriores. Hay estudios que supuestamente demuestran que por cómo es este virus, es imposible que haya sido alterado o tocado o creado genéticamente, pero dichos estudios no demuestran que no haya podido escaparse de un laboratorio habiendo sido previamente tomado de un murciélago u otro animal portador, sin ser alterado genéticamente (la hipótesis que se considera en el punto 2).

5) Que el virus no existe, que todo es mentira
Por último, una de las más controvertidas, pero que va cobrando mucha fuerza entre mucha gente: la hipótesis de que todas las noticias que vemos son falsas, que en realidad todo esto es una creación mediática, que las muertes que hay no son por el SARS-Cov-2, que todas las muertes que se registran son debido a otras causas pero se registran como COVID-19, o que directamente no hay muertes y que las imágenes y filmaciones de ataúdes y fosas comunes son mentira, que todos los hospitales están en realidad vacíos y que no hay ni hubo ningún sistema de salud colapsado en ningún lado. Más allá de los detalles, ya que puede haber variaciones dependiendo de quién presente este tipo de teoría de conspiración, la idea de base sería que hay una mentira generalizada por parte de todo el sistema de salud, medios informativos, gobiernos, etc.

Incluso hay varias entrevistas a algunos profesionales de la salud que se han viralizado y afirman estas teorías con distintos matices. Y hay personas que van un poco más allá y directamente están diciendo que este virus no existe en absoluto, que también es parte de la invención.

A mi sinceramente este tipo de teorías me parecen absurdas y no veo ninguna probabilidad de que sean reales. Desde ya que el sistema de salud, los gobiernos y los medios informativos pueden estar llenos de fallas y malos funcionamientos, desde ya que la industria farmacéutica en muchos aspectos es sumamente cuestionable, pero ¿Cómo sería posible que todo el sistema de salud, en todo el mundo, junto con todos los medios de información y gobiernos, se hayan confabulado para mentir descaradamente y a conciencia? ¿Acaso todos los médicos que atestiguan estar luchando contra este virus y arriesgándose día a día en los hospitales y centros de salud, van a estar mintiendo? Ni me quiero imaginar la bronca que les debe generar el oír este tipo de ideas… he visto a más de un médico batallando contra adeptos a estas teorías en comentarios de YouTube, como si ya no tuvieran suficiente batalla contra el virus, realmente una falta de respeto y sentido común.

Uno de los argumentos más esgrimidos por quienes defienden este tipo de hipótesis es que muere más gente de gripe u otras causas. Estas estadísticas son dudosas, muchas veces tergiversadas, o les falta actualizarse. Se sabe que en lugares en donde la pandemia ha golpeado fuerte, por ejemplo en Italia, España, Francia o USA, no es así

Además, las otras enfermedades no saturan al sistema de salud como sí ocurre con Covid-19, ya que muchos de los enfermos necesitan respiradores y terapia intensiva, y ahí está el cuello de botella que tanto preocupa, ya que en muchos lugares no hubo o no hay los recursos suficientes.

Y decir que el virus directamente no existe, me parece más disparatado aún… Somos muchísimas las personas que sabemos que esta enfermedad, venga de donde venga, es real, que este virus existe, sencillamente porque conocemos testimonios directos, además de informaciones de muchas personas en otros lugares del mundo, en donde esto ha golpeado fuerte.

Hoy hablaba con un amigo que vive en New York, y su padre es muy mayor, más de 90 años, y me contó que dos de sus amigos cercanos fallecieron recientemente debido al virus. Y sé de varios casos más, directos, más allá de lo que dicen los medios. De hecho, en algunos lugares se sospecha que pueda ser al revés: que no se esté informando la cantidad real de casos, ya sea por taparlos deliberadamente como se cree que sucedió en China inicialmente, o sencillamente porque no se dispone de los medios para hacer los testeos correspondientes.

También hay quienes dicen no solo que el virus no existe, sino que lo que causa las muertes y enfermedades son las antenas de la nueva tecnología 5g. Algunos incluso van un poco más allá, diciendo que estas antenas son una extensión del antiguo HAARP, que serviría para dañarnos y controlarnos intencionalmente. No digo que la tecnología 5g no sea nociva, hay varios estudios que plantean que estas antenas no son saludables, y que han causado daños a gente que vive en sus cercanías, al igual o peor que las antenas de tecnologías 3g y 4g, pero de ahí a afirmar que el origen de esta pandemia son las emisiones de estas antenas, también me huele a disparate, aunque por supuesto no tengo la verdad absoluta al respecto.

Y un tema importantísimo que va de la mano de todo esto, y que está generando también muchísima controversia. Aunque aceptemos que el virus es real y que ha hecho mucho daño en muchos lugares… son justificables unas medidas de estricta cuarentena, incluso en países con pocos casos, que están dañando e incluso haciendo tambalear muchas economías? Hay un gran debate abierto sobre qué es peor, si el remedio o la enfermedad. Si el coronavirus o el hambre. Y ni hablar de los estallidos sociales que esto podría provocar…

A la vez, quienes defienden la decisión de seguir aplicando medidas estrictas, no sin razón dicen que sería muchísimo peor si se dejara libertad total y que tengamos que terminar volviendo a estas medidas extremas de cuarentena pero en un estado de emergencia, con muchísimos más contagiados y muertos y el sistema de salud totalmente colapsado. Entonces es claro que tomar una postura en esto es muy delicado, debemos ser muy cautos y debe ser muy difícil estar en los zapatos de quienes tienen que tomar estas decisiones.

Apéndice a estas teorías

Ahora bien… que la enfermedad exista, que el virus sea real, que las muertes sean reales… no quita que no pueda haber una mano muy oscura por detrás de todo esto. Y no hace falta recurrir a seres reptilianos ni otras ideas imposibles de comprobar.

Es bastante probable que haya una élite de unos pocos seres humanos muy poderosos, que esté más allá de los gobiernos y organizaciones mundiales, y que tenga enorme incidencia sobre ellas, o que directamente mueva los hilos de la humanidad tal como la conocemos. De hecho se conocen apellidos muy influyentes como los Rotschild, Rockefeller y un largo etc que incluye también algunas dinastías monárquicas. Es sabido que el mal existe en la humanidad desde los inicios…no hace falta que tenga escamas ni lenguas bífidas (aunque nuevamente, tampoco podría negarlo al 100%). Tal vez el mal se deba a una profunda desconexión de la fuente, que muchos aun padecen, sumado al hecho de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Entonces, intentando buscar un equilibrio entre todas estas teorías e ideas, sinceramente no podría descartar la posibilidad de que haya una mala intención detrás de todo esto. Ya sea que el virus haya sido soltado deliberadamente o accidentalmente o haya surgido en un mercado, podría haber ciertos poderes que aprovechen la situación para ejercer más control, para quitar la libertad, para asfixiar a la gente y las empresas haciendo caer económicamente a países enteros, para luego poder comprar todo a precios sumamente bajos y hacerse del control no solo de países sino de regiones enteras. Pero nuevamente, no podría ni negar ni afirmar esta posibilidad. Y por supuesto, preferiría que no sea cierta ni posible!

También he oído la posibilidad de que esto podría ser una especie de ensayo o experimento social, confinar a toda la humanidad y ver qué sucede, de cara a posibles acontecimientos futuros que podrían ser mucho más graves. Tampoco lo podría negar ni afirmar, esperemos que no sea así! Quienes adhieren a las teorías más extremas dicen incluso que el propósito que hay por detrás de todo esto sería implantar un nuevo orden mundial que obviamente sería dañino, autoritario y represivo, y que se intentaría implantar un chip para controlar a cada ser humano con el pretexto de la vacuna. Ya no dispondríamos más de la libertad que dábamos tan por sentada. Por supuesto, espero que no sea así, y algo tan grande, macabro y extremo no me parece probable, pero por más que no me guste, tampoco puedo terminar de negar al 100% esta nefasta posibilidad.

Una última hipótesis que pocos están considerando

Hay otra posibilidad que me resuena mucho, que aun no la he visto planteada en ningún lado aunque seguramente muchos la estén considerando también, y tiene que ver con el Orden Natural o Cósmico o incluso Orden Divino si preferimos llamarle así. ¿Qué tal si esto, viéndolo a una escala mayor y teniendo en cuenta la edad de La Tierra en vez de la nuestra, no es sino una consecuencia de todo el desequilibrio que hemos causado como especie?

Se sabe que los niveles de contaminación son alarmantes, y el daño que la humanidad le ha hecho al planeta en muchísimas áreas es ya casi incalculable. Solo por nombrar algunas: enormes islas de plástico del tamaño de países que flotan en el océano, montañas enteras que se explotan y se hacen desaparecer para extraer oro, contaminando glaciares y enormes cantidades de agua, algunas ciudades están tan cubiertas de smog que no se puede ver el sol, la extinción de especies animales es tan alta que no se había registrado semejante tasa de extinción desde la época de la desaparición de los dinosaurios. (“La sexta gran extinción está en marcha”: https://elpais.com/elpais/2015/06/19/ciencia/1434727661_836295.html )

Entonces, siguiendo con esta hipótesis, haya venido de donde haya venido, haya habido o no mala intencionalidad, es innegable que la mano del hombre está en el medio, y que un virus que existía en equilibrio en medio de la naturaleza llegó a la humanidad por parte de la acción del hombre, que sigue extendiendo sus tentáculos sin parar, arrasando casi todo lo que toca.

No me parece nada insensato considerar que a escala mayor esto simplemente podría ser causa y efecto, una reacción natural de la Tierra hacia semejante desequilibrio. Ni siquiera hace falta una mirada mística o espiritual para plantear esto, hasta la persona más escéptica podría considerarlo desde una mirada incluso lógica y materialista.

La necesidad de tener certezas

Y vamos llegando a la parte clave de este artículo….

Por supuesto que es totalmente entendible y lógico querer indagar sobre el origen de todo esto, pero ¿por qué necesitamos tener certezas? ¿Por qué tanta gente se aferra a alguna de estas hipótesis, incluso fanáticamente, ya sea a alguna de las teorías conspirativas o a la hipótesis de la “versión oficial”? ¿Por qué necesitamos tan fervientemente encontrar “un culpable”?

La respuesta es más simple de lo que parece: Miedo a la incertidumbre. No nos queremos sentir insignificantes, inseguros, a merced de un mundo caótico; entonces inconscientemente necesitamos tener alguna certeza, sentir “que sabemos algo que otros no saben”, incluso fanatizarnos con alguna postura. Esto se aplica sobre todo a quienes creen en todas las teorías conspirativas habidas y por haber.

Con esto no quiero decir que se puedan negar todas las teorías conspirativas, al contrario, como ya he dicho es muy posible que algunas sean ciertas (por ej., dudo muchísimo de la historia oficial detrás del atentado del 11-S en las Torres Gemelas), pero esta tendencia a querer sentirse especial, esta falsa derivación de importancia, de querer saber algo que los demás ignoran, puede llevar a mucha gente a creer hasta en disparates totalmente anticientíficos tales como que la Tierra es plana y que vivimos encerrados en una especie de cúpula. Y no hablo en broma, hay mucha gente creyendo en esto. Recomiendo ver documental “Tan plana como un encefalograma” en Netflix para observar más de cerca este fenómeno de los denominados “Tierraplanistas”.

Aferrarse ciegamente a las “historias oficiales” y desacreditar automáticamente cualquier otra posibilidad alternativa sería el otro extremo, y también puede haber, de fondo, una motivación similar: no animarse a vivir en la incertidumbre, pero en este caso en la comodidad de tomar todo lo que me dicen oficialmente, sin permitirme un sano cuestionamiento.

¿No sería una postura más madura y responsable, en todo caso, animarse a buscar uno mismo un equilibrio? Intentando aplicar lo más posible el discernimiento, el sentido común, y animándose a convivir con cierto grado de incertidumbre? Si, abrazar la incertidumbre, abrirme a que no puedo tener certezas en este mundo que a nivel humano puede volverse tan caótico.

La certeza interior

En medio de situaciones como ésta, por experiencia propia y estando en contacto con muchísima gente he comprobado una y otra vez que el único lugar para estar bien es dentro de uno mismo. Estar en profunda paz más allá de lo que suceda afuera. Muchos lo estamos pudiendo lograr por medio de la meditación, aunque no es la única manera. Pero al menos en mi experiencia no conozco otra herramienta que nos ayude de forma tan directa y efectiva a poder ir hacia ese lugar de calma que existe dentro nuestro, que no está afectado por el tumulto y las olas de la superficie. Poder anclarnos allí. Ese lugar en donde podemos comenzar a experimentarnos como Seres Eternos, más allá de toda creencia. Y lejos de abstraernos o evadirnos de esta situación, nos ayudará a atravesarla estado mucho más calmos, con el sistema inmunológico fortalecido, con el estrés reducido y mucho más dispuestos para acompañar a otros a que también puedan encontrar esa paz.

 

Extracto del artículo de Sebastián Alberoni pubicado en www.caminosalser.com

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