Aprovechamos el comienzo del nuevo curso para recuperar nuestra sección de vídeos “Pinceladas de yoga”. Con la guía de Pilar Ínigo iremos repasando de manera breve pero concisa diferentes técnicas que se utilizan en la metodología de yoga. Gracias a estos vídeos podremos profundizar en nuestra práctica, para interiorizarla mejor y así ir entregándonos y disfrutando cada vez más con ella.
Estas pinceladas tienen un carácter didáctico y divulgativo, pero en ningún caso pretenden ser un sustituto del profesor/a cualificado.
Comenzamos hoy con dos ejercicios básicos sobre la respiración: Respiración completa y el Vacío Pulmonar (Shunya).
Respiración completa:
En el momento en el que ponemos conciencia en nuestro cuerpo nos sentimos respirar y nos situamos en el momento presente. Cuando ponemos conciencia en nuestra respiración, ésta sustituye a la mente pensante y nos sentimos centrados, presentes, despiertos.
Uno de los ejercicios básicos e imprescindibles en toda sesión de yoga es la respiración completa, que consta de tres niveles y cuatro fases. El primer nivel se centra en la respiración baja o abdominal, el segundo en la respiración costal o torácica, y el tercero en la respiración alta o clavicular. Las cuatro fases son: Inhalación (puraka), pausa a pulmones llenos (antah kumbhaka), exhalación o espiración (rechaka) y pausa a pulmones vacíos (bahya kumbhaka).
Esta práctica, además de contribuir a una mejor oxigenación y regulación del sistema respiratorio, favorece la relajación del sistema muscular y calma el sistema nervioso. Desarrolla la atención y propicia la concentración mental.
Vaciado pulmonar (Shunya).
Un sencillo y eficaz ejercicio para liberar y ampliar la respiración activando la última fase de la respiración completa, la exhalación, lo que provoca un vaciado pulmonar, que hace que el cuerpo reaccione generando de forma natural una amplia inspiración, en ocasiones en forma de suspiro o bostezo.
Este ejercicio incide sobre todas las estructuras que intervienen en la función respiratoria, mejorando la oxigenación celular. Además permite, desde un enfoque más sutil, liberar tensiones, resistencias y contenidos psíquicos negativos, dejándolos ir al tiempo que el aire sale, de forma que si vaciamos bien dejamos espacio para recibir de nuevo.