Savitri: Libro VII: El Libro del Yoga. Canto IV: Las Tres Fuerzas del Alma – 510

510

Así habló y desde lo más bajo del mundo humano
una respuesta, un pervertido eco vino al encuentro de sus palabras;
a través de los espacios de la mente la voz llegaba
del Titán enano, el deformado dios encadenado
que lucha para dominar la rebelde sustancia de su Naturaleza
y hacer del universo su instrumento.

El Ego de este enorme mundo de deseo
reclamaba la tierra y los amplios cielos para uso
del hombre, líder de la vida que él conforma sobre la tierra,
su representativa y consciente alma,
y símbolo de las evolutivas luz y fuerza
y receptáculo de la divinidad que será.

Un animal pensante, señor de la esforzada Naturaleza,
ha hecho de ella su niñera su herramienta y su esclava
y le paga por salario y emolumento
inevitablemente por una profunda ley de las cosas
de su [a.p.] corazón el sufrimiento y de su [a.p.] cuerpo la muerte y el dolor:
sus [a.p.] dolores son sus [N.] medios para crecer, ver y sentir;
su [a.p.] muerte contribuye a su [N.] inmortalidad.

Instrumento y esclavo de su propia esclava e instrumento,
se felicita de su libre voluntad y de su mente dominadora
y es empujado por ella sobre las sendas que ella le elige;
poseedor es poseído y, gobernante, gobernado,
su consciente autómata, el pelele de su deseo.

Su alma es su huésped, una soberana muda, inerte,
su cuerpo su robot, su vida la expresión de su vida,
su mente consciente su poderoso siervo sublevado.

La voz arreció y golpeó algún sol interior.

“Yo soy el heredero de las fuerzas de la tierra,
lentamente ratifico el derecho a mi estado;
creciente divinidad en su divinizado barro,
asciendo, pretendiente al trono del cielo.

Último nacido de la tierra me sitúo el primero;
sus lentos milenios esperaban mi nacimiento.

A pesar de que vivo en el Tiempo asediado por la Muerte,
poseedor en precario de mi cuerpo y de mi alma
habitante de una pequeña mota en medio de las estrellas,
para mí y para mi uso fue hecho el universo.

Espíritu inmortal en la arcilla que perece,
yo soy Dios todavía por desarrollar en forma humana;
incluso si él no existe, él deviene en mí.

El sol y la luna son luces en mi camino;
el aire fue inventado para que mis pulmones respiraran,
acondicionado como un espacio amplio y sin muros
para que las ruedas de mi carro alado surcaran una vía,
el mar fue hecho para que nadara y navegara
y para llevar mi dorado comercio sobre su espalda:
él sonríe hendido por la deslizante quilla de mi placer,
yo sonrío a su oscura mirada fija de sino y de muerte.

La tierra es mi suelo, el cielo mi vivo techo.
Todo fue preparado a través de más de una edad silenciosa,
Dios hacía experimentos con formas animales,
luego sólo cuando todo estaba preparado nací yo.

Nací débil y pequeño e ignorante,
criatura desvalida en un mundo difícil
viajando a través de mis breves años con la muerte a mi lado;
he crecido más grande que la Naturaleza, más sabio que Dios.

Yo he hecho real lo que ella jamás soñó,
me he apoderado de sus poderes aparejándolos para mi trabajo,
yo he dado forma a sus metales y construido algunos nuevos;
de la leche fabricaré cristal y vestimenta,
del acero terciopelo, del agua inquebrantable piedra,
como Dios en su astucia de artista habilidoso,
modelaré de un plasma primal formas cambiantes,
en la simple Naturaleza multitudinarias vidas,
todo cuanto la imaginación puede concebir
en la mente intangible, remodelaré de nuevo
en Materia plástica sólida y concreta.

Magia alguna puede sobrepasar la habilidad de mi magia.

No existe milagro que yo no pueda realizar.

Lo que imperfecto dejó Dios, yo lo completaré,
de una confusa mente y un alma a medio hacer
su pecado y error yo eliminaré;
lo que él no inventó, yo inventaré:
el fue el creador primero, yo el último seré.

He descubierto los átomos con los que construyó los mundos:
la primigenia tremenda energía cósmica
enviada lanzaré para matar a los enemigos de mi propia especie,
eliminar una nación o abolir una raza,
silencios de muerte dejaré donde risas y alegría había.

O emplearé la fisionada invisible fuerza de Dios
para ampliar mis comodidades y expandir mi riqueza,
para dar más velocidad a mi coche impulsado ahora por el rayo
y mover los motores de mis milagros.

Yo tomaré los instrumentos de brujería de sus manos
y haré con ellos maravillas mayores que las suyas.

Sin embargo a pesar de todo he conservado mi equilibrado pensamiento;
he estudiado mi ser, he examinado el mundo,
me he convertido en maestro de las artes de la vida.

Yo he domeñado a la bestia salvaje, entrenándola para ser mi amiga;
esperando mi voluntad atiende, mi casa guarda.

He enseñado a mi especie a servir y obedecer.

Yo he utilizado el misterio de las ondas cósmicas
para ver a distancia remota y para escuchar palabras lejanas;
y he conquistado el Espacio y con una red cubierto la tierra toda.

Pronto conoceré los secretos de la Mente;
yo juego con el conocimiento y con la ignorancia
y pecado y virtud son mis invenciones
que puedo trascender o usar soberanamente.

Conoceré verdades místicas, alcanzaré ocultos poderes.

Eliminaré a mis enemigos con una mirada o un pensamiento,
sentiré los inexpresados sentimientos de todos los corazones
y veré y escucharé los ocultos pensamientos de los hombres.

Dominada la tierra, conquistaré el cielo;
los dioses serán mis asistentes o mis sirvientes,
no albergo deseo que vaya a morir insatisfecho:
omnipotencia y omnisciencia serán mías.”

El esquema global del presente canto puede verse en este enlace.

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