Savitri: Libro VII: El Libro del Yoga. Canto V: El Encuentro con el Alma – 525

525

Una luz no nacida del sol o de la luna o del fuego,
una luz que moraba en el interior y veía el interior
irradiando una íntima visibilidad
hacía la confidencia más reveladora que la palabra:
nuestra visión y sentido son una falible mirada y tacto
y sólo la visión del espíritu es totalmente cierta.

A medida que avanzaba en ese misterioso lugar
de estancia en estancia, de puerta en puerta talladas en la roca,
se sintió a sí misma una con todo cuanto veía.

Una sellada identidad despertó en su interior;
se supo a sí misma la Amada del Supremo:
estos Dioses y Diosas eran él y ella*:
ella era la Madre de la Hermosura y del Deleite,
la Palabra en el vasto abrazo creador de Brahma,
el Poder del Mundo en el regazo de Shiva todopoderoso, —
el Señor y la Madre de todas las vidas
contemplando los mundos que su mirada gemela había hecho,
y Krishna y Rada por siempre entrelazados en eterna felicidad,
Adorador y Adorada fundidos y uno.

En la última cámara sobre un sitial dorado
se sentaba alguien cuya figura la visión no podía definir;
uno sólo percibía el inalcanzable origen del mundo,
un Poder del cual ella* era una Fuerza extraviada,
una invisible Belleza, meta del deseo del mundo,
un Sol del cual todo conocimiento es rayo,
una Grandeza sin la cual ninguna vida podría existir.

Desde allí todo partía hacia el interior del yo silencioso,
y todo devenía amorfo y puro y desnudo.

Entonces a través de un túnel excavado en la última roca
salió adonde brillaba un sol inmortal.

Había allí una mansión toda hecha de luz y de llama
y atravesando un muro sin puertas de vivo fuego
repentinamente encontró su alma secreta.

Notas:
él y ella: el Supremo y la amada del Supremo=Savitri.
ella era una Fuerza extraviada: Savitri

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© “Savitri de Sri Aurobindo”