Tienes los comentarios de Pilar Ínigo y José Luis Azón,
más los dos primeros capítulos, Samadhi Pada y Sadhana Pada, aquí.
1. La concentración (dharana) es la fijación de la mente sobre un punto.
2. Allí (en dharana), la sintonía con el simple acto de experimentar conduce a un estado de meditación (dhyana).
3. Cuando las formas son trascendidas y únicamente subsiste la significación del objeto sobreviene el samadhi.
4. La concentración, la meditación y el samadhi forman el samyama.
5. Obteniendo el dominio sobre los tres se alcanza el conocimiento superior.
6. Este conocimiento superior en los distintos niveles sutiles de la conciencia se obtiene gradualmente.
7. Estos tres grados constituyen el núcleo interior de los cinco precedentes (yama, niyama, asana, pranayama y pratyahara).
8. Pero aun así son menos sutiles que el samadhi definitivo (sin semilla).
9. Cuando la mente se instala en la quietud, tiene lugar una transformación llamada nirodha-parinama, producida por la asociación con un estado vacío de movimiento.
10. Cultivándolo, este hábito se hace firme.
11. Cuando cede la dispersión de la mente y se intensifica la concentración unidireccional sobre un objeto concreto, surge el samadhi-parinama.
12. El equilibrio de la experiencia de quietud y la unidireccionalidad
de la mente dan como resultado aún otra transformación de la mente, llamada ekagrata parinama.
13. La transformación a través de estos tres parinamas induce también las transformaciones del cuerpo y los sentidos.
14. El estado así obtenido es común en todas las propiedades latentes, activas o no manifestadas de la persona.
15. La serena observación de la sucesión de experiencias cambiantes es el origen de las transformaciones internas.